Especial TLOU: Una historia de Year Round Xmas
«La armonía sexual alcanzada esa noche fue indudablemente la experiencia más gratificante que Santa había tenido en su larga vida.»

Entre los libros y portadas que encontramos a lo largo del videojuego The Last of Us hay algunos que sobresalen más que otros. Year Round X-Mas de N. Scheneider aparece como una propuesta que combina dos temas que no suelen llevarse mucho de la mano, erotismo y navidad, y ¡por ello nos encanta! Pause-menu.com le agrega otro elemento a la formula, los infectados del universo de TLOU, les presentamos Especial TLOU: Una historia de Year Round Xmas
Estaban Santa Claus y dos trabajadores sexuales…
-Eres santa Claus – Se dijo eufórico a sí mismo el hombre del sombrero rojo – Sobreviviste a la invasión de los renos locos de nariz roja, salvaste a la hija del presidente del Polo norte, cumples la labor de mil hombres en un día… – Respira profundo – ¡Pudiste con eso y ahora puedes con esto! – Grita hasta vaciar sus pulmones.
No todas las historias tienen el lujo de comenzar con “había una vez Santa Claus, dos trabajadores sexuales y una horda de Infectados…” menos mal esta es la excepción. Era septiembre y Santa aún tenía un par de meses antes de su día más movido del año. Fueron los duendes quienes tuvieron la idea de darle algo bueno, “el pobre hombre trabaja tanto y hace tanto por los demás”, por lo que contrataron a Ringo y Lana, el par era reconocido por ser los mejores trabajadores sexuales y Santa era conocido por gustar de ambos lados de la torta.
El primero en dar un beso fue Ringo quien se acercó a los labios de Santa mientras a este le temblaba hasta el último músculo de su cuerpo – Tranquilo, esta noche nosotros traemos los juguetes – Dijo el joven hombre que nada mas vestía un par de botas rojas y una tanga con el estampado de un reno. Lana los miraba con deseo mientras se desvestía al ritmo de la Bossa Nova que ambientaba aquella cabaña en medio de la nada, ¡habían pensado en todo!
Primero fue el turno de Lana, luego el de Ringo
¡Maldición toma el arma que está en la repisa! – Ordenó el viejo desnudo – Tenemos que saturar la herida o morirá desangrada – Lana hizo una especie de sonido como tratando de decir algo, pero el dolor de la mordida en su cuello la hizo retorcer – ¡Que te muevas he dicho maldita sea, la barricada en la puerta no durará mucho!
Ringo era hombre de palabra. Esa noche se usaron esposas, látigos, dildos de todas las formas y colores, la exploración corporal que realizaron estos 3 seres humanos podría estudiarse en un libro de anatomía. La armonía sexual alcanzada esa noche fue indudablemente la experiencia más gratificante que Santa había tenido en su larga vida.
-¡Te han mordido a ti también! Viste lo que sucedió con Lana, viste lo que tuve que hacer, te estoy dando una escapatoria – Santa temblaba y lloraba mientras pasaba el arma a quien minutos antes había sido su compañero de cama – No puedo sacrificarme por ustedes, yo… yo soy Santa, los niños me necesitan… Lo siento mucho – Dijo el hombre mientras cerraba con seguro la puerta del cuarto en el que yacía Ringo sin decir una palabra mirando, con la mente en blanco, su brazo donde momentos previos, lo que parecía ser Lana, pero definitivamente no lo era, lo había mordido ferozmente.
Una noche de lujuria, una noche roja
Fueron varias rondas de placer y éxtasis las que acompañaron la noche lujuriosa de los 3 amantes, el vino y algunas drogas recreativas fueron el combustible para que el viejo de la barba blanca tuviera la fuerza suficiente para satisfacer como nunca lo había sentido a los jóvenes de profesión sexual.
– Dios… por favor, no me dejes morir aquí – Grrrr un gruñido en la puerta… – Te lo pido, hago mucho por la sociedad – Las ventanas se escuchan quebrar… – Esto fue un error lo sé, fue idea de los duendes, cúlpalos a ellos – Sonidos de decenas de infectados hambrientos se acercan más y más … – Yo soy Santa Claus – El suelo se tiñe de rojo, el hombre ve su cuerpo bañado en aquella tinta y piensa “que extraño, yo no estaba usando mi traje hoy”.
Fue petición de Ringo ir por otro “round” más, Lana insistió también y Santa no fue capaz de negarse, solo él sabía lo exhausto que estaba pero no iba a desaprovechar cada instante de esa noche, así que siguió entregando lo máximo de su cuerpo al placer, tal vez fue por esto que no escuchó los extraños sonidos que se aproximaban afuera, o tal vez fue porque comenzó a gritar «Eres santa Claus … Sobreviviste a la invasión de los renos locos de nariz roja…» lo que atrajo a la horda de infectados que por ahí pasaba y ocultó su presencia para los lujuriosos cuerpos dentro de la cabaña… Fue Lana la primera en percibir algo extraño afuera y asomarse en la puerta… Fue Lana la primera en ser infectada.
-FIN DEL ARTÍCULO-
Este artículo fue basado en el siguiente Screenshot in game de TLOU
Screenshot del videojuego The Last Of Us Remastered
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